En casa de mi abuelo a las afueras de la ciudad, en un jardín verde a plena luz del día contemple, una hilera de girasoles largos, abiertos y relucientes todos miraban al sol, yo pasaba al lado pero ni se inmutaban, seguían mirando al sol, de vez en cuando notaba que alguna linda flor se movía pero muy poco, realmente no sé si era ella o era la suave brisa de un día de primavera….
Estuve durante horas dibujando y observando las hermosas flores y de ese mismo modo ellas estuvieron mirando el sol, si en algún momento una nube tapaba la visión de estas largas plantas estas se entristecían y se cerraban ligeramente, pero desde que volvían los pequeños e intensos rayos, las hermosas flores brillaban de nuevo observando al majestuoso sol…
Ya cansada decidí darme un paseo entre las florecillas, eran preciosas, con unos pétalos, firmes tersos y amarillos, estuve un buen rato hasta que observe que entre los girasoles uno no miraba al sol, ni estaba de pie estaba casi marchito, tocando el suelo, y con muy mala pinta, yo me arrodille junto a él y acaricie sus dañados y tristes pétalos, y fue cuando le pregunte por que estaba triste, el me miro, y me conto, que estaba cansado de vivir, que no encontraba solución a sus problemas, claro yo me quede desconcertada, pues una flor que problema debe tener… así pues yo le pedí que me contara, que me explicara sus problemas, ella se dispuso a contarme;
- Veras, cada girasol tiene un fin que es madurar y dar pipas, y eso está muy bien, yo cumplí y di las pipas que tenía que dar pero desde hace mucho me enamore… me enamore de un imposible;
- Un imposible, otro girasol o una flor distinta.(pregunte con picardía)
- ¡No!, me enamore del sol, desde la primera vez que lo vi, supe que quería ser como él o estar con él y desde entonces cada mañana desde que sale lo contemplo, le hablo, incluso le grito pero el, nunca me dice nada siempre termina yéndose por detrás de las montañas, así cada día desde que lo vi, muchas veces veo que habla con las nubes hasta que se cansan y se van, y ahí es cuando yo le digo que yo nunca me cansare de estar con él, porque de verdad que lo amo, lo amo tanto que intento saltar a él, a ver si así me ve, pero no puedo estoy atrapada en esta tierra, y él nunca baja aquí…así que por eso estoy cansada ya no puedo mas y no puedo ver cómo me ignora, es como si fuera invisible para él, además aquí hay muchas flores y todas ellas le miran a él no tengo nada que ellas no tengan simplemente soy una mas…
(Un problema un poco difícil de resolver pero se me ocurrió algo quizás un poco tonto pero que seguro animaría a esta pequeña flor)
- Espera un momento ya vengo, (corrí a casa y busque un jarrón el cual llene de agua y volví al jardín , cuando llegue al lugar empecé a desenterrar al girasol)
- ¿Pero? ¿Qué haces?
- Te voy a dar otra vez ganas de vivir.(cuando por fin termine de desenterrarla la introduje en el jarrón y fui a la parte más alta de la casa, cuando llegamos mire al sol y justamente una nube lo tapaba, puse el jarrón en una mesa)
- Girasol, venga grita al sol quizás desde aquí te oiga… (el girasol se alzo y empezó a mirar hacia todos los lados del cielo)
- ¡No está! ¡Se ha ido!
- Pues llámalo, seguro que te escucha.(el girasol empezó a grita con todas sus fuerzas hasta que una brisa empujo la nube y el cielo se volvió a despejar, y salió el sol, iluminando de nuevo el jardín, lo gracioso es que uno de los rayos del sol reboto en una ventar llegando así al jarrón, entonces el girasol se emociono y salto de alegría, sus pétalos volvieron a coger color)
- Has visto me está mirando! Por fin me ha escuchado! Aquí arriba si me oye, quiero quedarme aquí siempre, (el girasol me miro y pidió que lo dejara allí)
- Claro! Pero en un rato seguramente el sol se valla.
- No me importa descansare y esperare a mañana, ahora soy muy feliz, por fin ya me ve, ya no soy invisible.
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